los hombres son algo extremistas en lo que a fiestas se refiere: o no te dejan ir ni al baño sola o no les ves ni el polvo.

Quien diga que la navidad es una época de regocijo no se ha parado por mi casa en diciembre. De solo pensar que se acercan las posadas me aterro, y es que johan nació para tener pocos amigos (pero efectivos), quedarse en casa y huir del bullicio. Aun no se ni como lo fui a conocer (ok ok, ¡si lo se pues!), si yo soy “requeté” fiestera. Adoro las reuniones y conocer gente nueva. Cuando le pregunto si quiere ir a la carne asada de mi prima Alejandra, me contesta: “¡mmmm! No creo.” Y si le pregunto (como haciéndome la que no se): “¿Por qué?”, escucho lo que se de sobra (por lo que no me explico como fui a dar con el): “ya sabes que no me gustan las fiestas”.

Asi es, mi adorado tormento (¡chin! ¡ya lo queme!) se la pasa en las reuniones como estatua en una esquina, con su cara de palo (¡eso dolio!), amenazando con la mirada a cualquiera que se atreva a acercársele. Si le pregunto: “¿ya saludaste a fulano?”, me contesta gruñendo: “ya vámonos ¿no?”

Cuando lo conoci y empezamos a salir, su actitud me preocupaba. Hasta llegue a pensar: ¿Cómo puedo fijarme en alguien que es incapaz de convivir con la gente? ¿Cómo era posible que fueramos el uno para el otro? Y algo aun mas importante: ¿Cómo afecta su actitud a lo que siente por mi?

En nuestro caso, la respuesta a la ultima pregunta resulto ser: “no mucho”. Después de hablarlo y discutirlo (bueno, de gritarnos y acusarnos), el me confeso que no se sentía a gusto en los grupos grandes, que se sentía nervioso y fuera de lugar, y que yo no podía hacer nada por evitar o reprimir su timidez (cosa que hoy ya le vale un reverendo pepino). Llegamos a un acuerdo: no iríamos a todas las fiestas a las que nos invitaran, pero a las pocas a las que fueramos, el iba a hacer el esfuerzo de salir de su concha y sonreir, aunque fuera un poco, para que yo pudiera divertirme a gusto, sin tener que angustiarme por el.

Desafortunadamente, no todas las parejas logran resolver sus problemas tan fácilmente, como en el caso de de tania o en el de Claudia. A tania le encantaban las fiestas, al igual que a Mauricio, solo que Mauricio decía que necesitaba “su propio espacio” y que prefería que cada quien anduviera por su cuenta (¡hazme el chingado favor!). “Luego supe que era lo que quería. El “espacio” que según el, necesitaba, siempre acababa ocupándolo cualquier mujer que trajera minifalda.” A claudia le pasaba lo contrario. Ella termino con su novio porque cuando estaban en alguna reunión no la soltaba ni para ir al baño, pero cuando estaban a solas, el la ignoraba olímpicamente.

Claro que no siempre es tan drástica la incompatibilidad fiestera. Este es solo un aspecto mas que tienes que negociar con tu pareja. ¿Alguna vez le has dicho que te choca que te deje como dedo toda la noche o que no tiene que estar como policía, vigilando cada paso que das? ¿no?. Recuerda que estamos hablando de HOMBRES; a veces tienes que decirles las cosas sin rodeos para que te entiendan.

También piensa en las ventajas que tiene el plantear una estrategia antes de algún evento (ANTES, porque los repasos que se hacen después, los lunes por la noche, generalmente sirven para echarse en cara todo lo que hicieron o dejaron de hacer el fin de semana). Díganse mutuamente lo que esperan el uno del otro antes de ir a algún lado. Una chica le dijo un dia a su pareja: “ni se te ocurra subirte a ver el futbol y dejarme sola con tu mama” “el se me quedo viendo con cara de ¿what?, pero por lo menos se quedo conmigo hasta que sirvieron café”. Claro que no todos los hombres actúan asi. Hay unos cuya necesidad de ver el partido america contra chivas, junto con todos sus hermanos, es mas importante, que tu te sientas abandonada y humillada. O que tiene mayor prioridad ver a una bola de gorilas corriendo en mallitas detrás de un balón, dándose en “toda la torre” para anotar un “touch-down”, que los sentimientos heridos de una mujer que tiene que aguantar toda la tarde las travesuras de los sobrinitos. Sin embargo, el tiene todo el derecho de hacerlo, asi como tu el de anunciarle, sutilmente, que para ti la reunión ya termino y que, por lo tanto, ya te vas.

Hay que recordar que no todas las fiestas son lo máximo ni son como el arca de noe, en la que todas las parejas tienen a su media naranja perfecta, y que lo que nos une a nuestra pareja es algo mucho mas fuerte que una faceta social. Es mas, conforme avanza la noche y aumenta el frio, cada vez se me antoja mas y mas nuestra calida guarida y con todo lo que ya socialice en estas tres horas tengo para aguantar otro año sin fiestas. Después de todo, las reuniones entre dos son las mas satisfactorias y divertidas que hay.


¡Hola a todos!, ¿Qué tal? es la primera vez que escribo en esta cosa. Ya era hora que una vieja diera la cara en nuestra defensa, asi que aprovechando la invitación de mi “adorado tormento” me anime a escribir esto, (y a subirle el rating a esta madre). ¡Claro que si! ¡con tubo contra los hombres!


Atte.: candy mary