La quiebra de la compañía aérea brasileña les cayó como un sablazo. Pero a las azafatas de Varig les ha salido un futuro seguramente mucho más prometedor, económicamente hablando. Una de las fantasías sexuales más recurrentes, la de la azafata sexy con gorrita incluida, se ha hecho realidad en los quioscos brasileños. Palyboy las ha contratado para su portada y el éxito no podría haber sido más arrollador.
En la edición de septiembre de dicha revista tres mujeres apasionan a los lectores ya desde la portada: Juliana Neves, Sabrina Knop y Patrícia Kreusburg. Eran azafatas de Varig y ahora se han dejado fotografiar por Fábio Heizenreder escasas de ropa, pero sin perder sus señas de identidad profesional.
El escenario de las fotografías, entre otros, es un yate de 18 millones de dólares. Desprendidas de casi toda su ropa, mantienen puestas las gorras de azafata, pañuelos al cuello y maletas propias de su atuendo.
Estuve muy nerviosa pero el equipo fue óptimo, eso me tranquilizó bastante. Las fotos han quedado preciosas y me encantó el ensayo.
Así lo vio Patrícia, que siente verdadera emoción por las puertas que se abren ahora ante sus ojos. Trabajo nuevo, vida nueva. Tiene 30 años y siempre trabajó como azafata.
Por su parte, Juliana, de 27, es fisioterapeuta y piensa abrir una clínica. La más joven, Sabrina, de 26, tiene el título universitario de Relaciones Internacionales.
No es la primera vez que la revista masculina aprovecha el momento para desnudar a trabajadoras despedidas por una multinacional en crisis. En Estados Unidos, en 2002, Playboy quitó la ropa a varias trabajadoras de Enron, empresa de energía que sufrió un solapso financiero debido a un escándalo de fraude. El mismo año, empleadas de WorldCom, empresa norte-americana de comunicaciones, también fueron invitadas para una sesión de fotos ligeritas de ropa.