Hombres y mujeres coinciden en que el sexo es diversión. Entonces ¿por qué no podría hablarse de él con naturalidad o salir a comprar objetos eróticos sin ser el centro de todas las miradas? Actualmente, los clandestinos sex shops han quedado atrás ante la creación de las ‘sexy stores’, tiendas del placer con gran luminosidad que hablan del sexo sin vergüenza, de forma respetuosa pero además imaginativa y fantasiosa. La ciudad española de Barcelona se ha unido a otras como Berlín, Londres y Estocolmo en la creación de estos establecimientos que hacen del sexo un placer sin tapujos.


Lo que generaciones anteriores tenían tajantemente prohibido parece que ahora se perfila como un nuevo mundo para las juventudes de hoy en día. De los míticos tres rombos de la televisión o la clandestinidad de las tiendas eróticas, hemos pasado a una gran libertad para hablar sobre el sexo y ahora el sector comercial se une al sector del cine y de la publicidad para tratar sin tapujos el sexo, pero sin caer en los productos meramente pornográficos.

Sensualove es la empresa de ‘sexy stores’ que se ha implantado con más fuerza en España, principalmente en Barcelona. Daniel Gallardo, director en España de los almacenes Sensualove, explica que el concepto de ‘sexy store’ “nada tiene que ver con el sex shop, porque nosotros no somos un lugar oscuro y cerrado y no vendemos pornografía. Además, nuestros vendedores, en caso de atender a un menor, desempeñarán una labor pedagógica sobre el sexo. Le orientarán y le informarán”. LA ÉPOCA DE LA CLANDESTINIDAD.

Lugares lúgubres, cerrados por puertas negras y en caso de tener cristales éstos eran tintados. El interior del local era toda una incógnita para el transeúnte que deambulaba por las arterias principales de las ciudades de todo el mundo.

La tradicional sex shop es una tienda en la que se venden revistas y películas pornográficas, lencería erótica, juguetes sexuales y otros artículos relacionados con la práctica del sexo.

La censura en temas como el amor y el sexo causó durante generaciones que estos establecimientos arriba definidos se rigieran por la clandestinidad. Había clientes, pero el riesgo a perder la reputación y las penas por consumir productos de sex shops eran demasiado elevados para crear un negocio a la luz pública.

“Nosotros somos la antítesis de los sex shop. Ellos tienen las puertas cerradas y nosotros abiertas. Los sex shop son lugares oscuros y nosotros apostamos por la luz. Y principalmente nos distinguimos porque nosotros no tenemos nada de pornografía”, diferencia Daniel Gallardo.

SIN VERGÜENZA Y CON LUMINOSIDAD.

A diferencia de años pasados, los escaparates forman parte ahora de las sexy stores. La vergüenza ha pasado a la historia y ahora entrar o simplemente recrearse mirando los escaparates ya no es símbolo de una vida díscola ni de promiscuidad.

“Viajando por Europa, Canadá y Estados Unidos vimos un tipo de establecimiento que no existía en España. Ahora, por el momento histórico, porque los tiempos de la dictadura están más lejos y más olvidados, vimos que era posible montar una tienda de este tipo en España”, explica Daniel Gallardo.

Con estas nuevas tiendas, la diversión y la imaginación son los adjetivos que sustituyen a clandestinidad y pecado. “Sexy store” es ya un término mucho más alegre, más vivo, más cercano a la gente y más atrayente que la expresión “sex shop”, a estas alturas con demasiados prejuicios tras de sí.

Barcelona ha abierto una ventana al erotismo callejero como antes hicieron Londres, Berlín o Estocolmo. Las sexy stores son tiendas llenas de luminosidad, con abanicos de colores en los escaparates y las puertas abiertas para todos los públicos sin el aura de la clandestinidad de los sex shops.

“UNA FORMA DE NORMALIZAR LA SEXUALIDAD”.

En el interior de las ‘sexy stores’, se hallan objetos eróticos como preservativos de tres sabores (chocolate, menta y fresa), tangas comestibles, la lencería femenina más sugestiva, aceites de masajes y vibradores para todos los gustos.

Para los más cultos, las ‘sexy stores’ cuentan también con una sección de literatura sensual, donde se mezclan libros tan ancestrales como el Kama sutra con los consejos de Lorena Verdún, la presentadora del programa en España “Dos rombos”.

“Tenemos mucho cuidado de nuestra imagen corporativa. No tenemos imágenes ni de mujeres ni de hombres desnudos, ya que no queremos ofender a nadie. Cuidamos mucho el packaging”, explica el director de Sensualove en España, Daniel Gallardo.

Las ‘sexy stores’ no tienen reservado el derecho de admisión y por ello su público es muy diverso, “desde madres con su hijo a señoras con el carrito”, ejemplifica Daniel Gallardo.

“Nuestras tiendas tienen una función pedagógica inherente. Queremos normalizar la sexualidad. La práctica del sexo es habitual con lo cual por qué no abrir las puertas de este mundo y olvidar las connotaciones negativas durante años exhibidas”, explica Gallardo.