Matías Fernández fue el autor de los dos goles

Se perdió la oportunidad de que dos equipos mexicanos disputaran el título de la justa

Conato de bronca al término del encuentro

El infierno de la ex Bombonera se enfrió esta noche. Los Diablos Rojos del Toluca le dijeron adiós a la final de la Copa Sudamericana tras ser aplastados 2-0 (4-1, global) por el Colo Colo, en el compromiso de vuelta de las semifinales, que tuvo un colofón lamentable por una agresión a Carlos Morales.

Las dos anotaciones fueron obra de Matías Fernández. Ahora el equipo chileno esperará al ganador entre Pachuca y Atlético Paranaense, de Brasil, para definir al campeón.

La posibilidad de ver una disputa entre mexicanos de la Copa Sudamericana empezó a desmoronarse desde el minuto 14, cuando los chilenos aprovecharon los errores del conjunto mexiquense y abrieron el marcador.

El primer yerro fue dejarse robar el balón por Alexis Sánchez y después abandonar el portero Hernán Cristante su arco, con lo que permitió que el disparo de Matías Fernández (al que le retrasó Sánchez en el área el balón) terminara en el fondo de la red sin ningún problema
Ese 1-0 le exigía a los Diablos Rojos marcar tres goles para irse directo a la final, o mínimo hacer dos para definir en penales.

Pero la empresa se complicaba, no sólo por la mala puntería que mostraron los choriceros, sino por lo ordenado, eficaz y peligroso que se mostró el conjunto visitante.

Toluca, además, no fue capaz de aprovechar las oportunidades que tuvo, porque al minuto 26 reaccionó y Bruno Marioni le puso un gran servicio a Vicente Sánchez, pero éste se enredó con la pierna de un chileno y no pudo rematar.

Al 32, Sinha se quitó magistralmente a dos rivales, llegó al área, pero su disparo fue rechazado por el portero Cristian Cejas.

Un cobro de tiro libre, al 36, de Marioni, terminó estrellándose en el poste izquierdo de la meta del arquero del Colo Colo; el balón regresó al área, sin embargo, Vicente Sánchez no logró rematar bien otra vez.

Todavía, en la agonía del primer tiempo, Marioni, en el piso, dio un estupendo servicio a Carlos Esquivel, pero se ahogó el grito de gol en las pobladas tribunas por la gran atajada de Cejas.
Con el acelerador a fondo arrancó el Toluca el segundo tiempo. No obstante, se topó con la figura del guardameta chileno, quien no dejó pasar nada.

El conjunto andino no sólo estaba preocupado por labores defensivas; seguía apostándole al contragolpe para liquidar el trámite.

Y lo hizo muy pronto, al 58, vía un golazo de Matías Fernández, quien cobró un tiro libre y dejó al portero Cristante como un espectador más, cuando el balón se incrustó en el ángulo superior derecho del arco mexiquense.

La misión era ya imposible para los Diablos Rojos con ese 2-0, porque lo obligaba a marcar cuatro goles, y aunque estaban liquidados nunca bajaron los brazos.

Lucharon en busca de hacer algo honrosa su despedida, pero lo único que alteró el irremediable final fue un conato de bronca. por una agresión de Mario Cáceres a Carlos Morales.

Lo más sensato fue el silbatazo final del árbitro venezolano Gustavo Brand.